La anodización es adecuada para metales no ferrosos como aluminio, titanio y zinc, que ofrece resistencia al desgaste y atractivo estético. Su flexibilidad en el grosor y el color lo convierte en una opción ideal para prácticamente cualquier industria que use componentes de aleación de aluminio. Sin embargo, lograr el acabado deseado requiere la consideración de factores técnicos, como equipos de anodización, concentración de electrolitos, corriente y voltaje, tiempo de tratamiento y filtración de baño. En general, la anodización es la opción preferida cada vez que se requiere estética personalizada y un alto rendimiento en entornos duros.